El pulido del suelo, suele ser la primera fase, lo primero que se hace al suelo tras su colocación, o bien, cuando una superficie está demasiado deteriorada. Se realiza con maquinaria pesada mediante piedras de desvaste de diferentes granos refrigeradas con agua, según el material y el acabado deseado, se seguirán los pasos que el profesional crea oportunos.

El cristalizado es devolver al pavimento el brillo que tenía el primer día, o incluso mejorarlo (depende de cada caso) mediante distintos líquidos. El cristalizado de suelos parece un proceso sencillo, mucha gente conoce a alguien que tiene una máquina o incluso nosotros mismos tenemos una propia, sin embargo, en éste proceso existe demasiado intrusismo profesional, es fácil usar ésta maquinaria y ahí encontramos una solución económica a dicho tratamiento.Poner un suelo brillante no es complicado, pero sí, conseguir la durabilidad y calidad en el acabado deseada para un mejor mantenimiento. Es por ello que en éste proceso se deben utilizar los pasos y productos adecuados que cada material exige.

El diamantado es aconsejable cuando los suelos presentan deterioro como rayas,manchas y pequeñas imperfeciones que el cristalizado no consigue quitar. Consiste en realizar un micro pulido de la superficie ( menos abrasivo que el pulido ) a base de unas piedras diamantadas de diferentes granos según el nivel de desgaste que tenga el suelo. Después del diamantado es cuando se realizará el cristalizado.